jueves, marzo 11, 2010

Un techo para Chile

Hace algún tiempo y desde el día en que tuve la oportunidad de meterme en una de las mediaguas que construye Un Techo para Chile, es que me he negado sistemáticamente a donar parte del vuelto en supermercados o en colectas específicas que hace esta fundación, sufriendo la mayoría de las veces la mirada reprochadora de la cajera o el voluntario respectivo. Por eso es que encuentro notable que un alcalde de la UDI (el de Arauco) se haya plantado contra la corriente y contra el discurso políticamente correcto y haya rechazado por indignas estas soluciones de emergencia, que no sólo se han entregado a propósito de esta catástrofe, sino que constituyen el producto principal de esta organización desde su origen. Por cierto que es loable que este grupo de personas se organice para ayudar a quienes no han podido resolver sus necesidades habitacionales, pero me resulta francamente intolerable que un segmento de la sociedad siga pensando que a los pobres hay que darles solo lo necesario para la subsistencia, sin importar que pasen frío o que padezcan de hacinamiento. Las mediaguas de esta fundación no son la única muestra de lo clasistas que son muchos de los programas de este tipo de organizaciones y de las políticas y programas que se han desarrollado por el gobierno (y lo digo siendo yo profundamente concertacionista), que se han traducido en soluciones diversas, que para este sector de la sociedad siempre son “a medias”: Metro que reduce los tiempos de traslado pero en el que hay que viajar como sardinas y soportar 40° C, carreteras y corredores urbanos que reducen al mínimo las veredas y que han dividido por la mitad los barrios mediobajeros, viviendas sociales en las que a ninguna autoridad le cabría ni el living y que se encuentran ubicadas a decenas de kilómetros del trabajo y de educación de calidad, viviendas de emergencia de 18 metros cuadrados, sin cielo y sin forro (se imaginan cómo se debe colar el frio y la humedad…), etc., etc., etc.
El sábado pasado fuimos con Clau a hacer el aporte correspondiente a la Teletón sin saber el destino operativo de los recursos y luego nos enteramos de que 15 mil millones irían precisamente a la fundación en cuestión, sin que hubiese una exigencia de por medio, que asegurara al menos algo más de calidad en las viviendas de emergencia. Estoy seguro que parte importante de estos recursos habrían sido mucho más efectivos si se hubiesen puesto a disposición de iniciativas como el Programa Chile Barrio, donde si me consta que se resolvieron dignamente, con calidad constructiva y estética y con perspectiva de futuro, los problemas habitacionales de muchos chilenos, gracias al trabajo silencioso de funcionarios públicos anónimos, que no salen en la tele y que de seguro no fueron convocados para el salvataje comunicacional de ninguna de las candidaturas presidenciales. Vamos a ver cómo resuelve estos problemas el nuevo gobierno, si damos un paso adelante o volvemos a los programas de erradicación literal de la pobreza (más bien de los pobres!) de los años 80.

miércoles, abril 01, 2009

LOS SESGOS DE "EDUCACIÓN 2020"


Antes que nada es importante reconocer el mérito de Educación 2020, movimiento ciudadano que ha logrado volcar la atención pública hacia el debate de un tema de tanta trascendencia como lo es la calidad de la educación en Chile, logrando comprometer la voluntad de un número importante de ciudadanos.

No obstante e intentando contribuir a este debate, creo necesario plantear algunos puntos que a mi juicio constituyen debilidades importantes en el enfoque y análisis realizados por este grupo liderado por el ingeniero Mario Waissbluth:

1.- Creo que constituye un error focalizar el debate y las propuestas para mejorar la educación en la problemática de la calidad de los centros de formación y en la de los propios aspirantes a profesores. Esto significa de entrada desconocer que hay problemas estructurales que afectan al conjunto de la educación superior chilena y no solo a la formación de profesores.

Educación 2020 no puede ignorar en su discurso que hay miles de profesores de enorme vocación y capacidad intelectual y profesional y que hay centros de formación docente que mantienen una excelencia equivalente a la que impera en “algunos de los centros” que imparten otro tipo de disciplinas.

2.- En Chile hay universidades completas, que no imparten solo pedagogía, que no cuentan con un solo alumno que haya ingresado con más de 700 puntos en la PSU y, probablemente, con muy pocos que tengan más de 600 puntos.

Por otra parte no hay una sola universidad chilena que se encuentre en el ranking de las 200 mejores universidades del mundo, entre las que si están la UNAM y la Universidad de Sao Paulo.

En esta perspectiva, me parece que cuando Educación 2020 señala, con cierto escándalo, que ha ingresado un alumno con 377 puntos a pedagogía básica, está cometiendo una falacia ya que hay un enorme registro de alumnos con puntajes inferiores que están alimentando las carreras de periodismo, sicología e incluso aquellas que hasta hoy día son símbolo de prestigio social y glamour. De hecho un dato que leí hace un par de meses en el especial sobre universidades de la Revista Qué Pasa, es que el último matriculado en periodismo de la Universidad ARCIS ingresó con solo 270 puntos.

3.- Esto ocurre porque el sistema universitario chileno lo permite, porque se ha transformado desde un sistema de educación de elite en uno masivo, evolución que es positiva, pero que ha generado una serie de problemas. Expresión de esto es que en las universidades privadas, que en su mayoría, a excepción de unas pocas (entre las que están obviamente las de la “cota mil”), acogen a alumnos de sectores sociales medios y bajos (lo que constituye un contrasentido y clara expresión de otra problemática), no tienen puntaje de corte obligatorio y, junto con el ejercicio del rubro educacional, les interesa de sobre manera el número de alumnos por sala, para hacer viable económicamente hablando el negocio y su existencia institucional. En todo caso es evidente que los problemas en la calidad de la educación superior no son, como ya se señaló, patrimonio de estas universidades, entre las que hay muchas que están alcanzando estándares superiores a otras tantas de las universidades tradicionales.

4.- Los problemas de la excelencia en la formación no solo afectan a los profesores o de lo contrario cómo se explican los errores flagrantes que cometieron, por ejemplo, los ingenieros en transporte que diseñaron el “Transantiago”, o los que calcularon la construcción del puente porteño que se hunde o los arquitectos que han diseñado por décadas las viviendas sociales horrorosas o algunos de los edificios de la renovación urbana que constituyen verdaderos atentados a la estética de la ciudad y al objetivo de mejorar la calidad de vida de los santiaguinos. ¿Cuál es la visión de desarrollo y la solidez de la formación que hay detrás de los profesionales, en su mayoría supongo ingenieros, que tomaron la decisión de aprobar la construcción de la planta de Metrogas en los faldeos pre-cordilleranos de Peñalolén, a un costado del ingreso del principal acceso al gran proyecto que es el “Sendero de Chile? ¿Dónde se formaron los arquitectos urbanistas e ingenieros que propusieron las construcción del túnel en Pedro de Valdivia Norte? ¿Dónde se formaron los ingenieros que diseñaron y construyeron la Costanera del Bicentenario en Lebu? (que costó miles de millones de pesos y que quedó destruida con el primer temporal que tuvo que soportar). ¿Dónde se formaron los profesionales de la salud que no informaron los casos de SIDA o los que cambiaron las guaguas en el Hospital de Talca?

5.- Hay otras preguntas que permiten ir definiendo mejor el escenario de la educación en Chile: ¿Qué instituciones forman a los profesores que hacen clases y dirigen los colegios de excelencia en Chile? ¿Se forman en el extranjero? ¿Estos profesores son los mejores de cada generación en las universidades chilenas? o ¿Son otro tipo de profesionales los que están haciendo clases en estos centros educacionales?

6.- La respuesta a las preguntas enunciadas es que los profesores en cuestión, en primer lugar, se forman en las mismas universidades que el resto de los docentes; en segundo lugar, no fueron necesariamente alumnos excepcionales; en tercer lugar, la diferencia más evidente con el resto de los profesores es que están insertos en redes sociales que les permiten acceder a estos colegios.

7.- En estos colegios, los profesores, insisto, formados en las mismas universidades que el resto de los profesores del país, trabajan en condiciones infinitamente superiores, con remuneraciones y cargas horarias razonables, con todos los medios educativos que se requieren y con alumnos en inmejorables condiciones para aprender.

8.- El punto es entonces que las causas profundas de los problemas en la educación chilena están asociadas al Capital Social de los Alumnos, al Capital Social de los propios profesores y este Capital está estrechamente vinculado con las condiciones generales de vida de los distintos segmentos de nuestra sociedad. En definitiva, las causas se relacionan con el conjunto de factores que se conjugan en la sala de clases y no con uno solo de ellos.

9.- Visto desde esta perspectiva, por cierto que hay que persistir en los intentos de mejora del sistema educacional en su conjunto, persistiendo por ejemplo en el perfeccionamiento de la línea de la acreditación de las instituciones del sistema de educación superior, pero sabiendo también que esta mejora pasa por una modificación sustantiva de las condiciones de desigualdad que padece nuestra sociedad, mediante políticas que permitan: aumentar sustantivamente los ingresos de los sectores medios y bajos, modificar la fisonomía de los barrios periféricos pobres de todas las ciudades del país (hay que destruir barrios enteros de viviendas sociales y reemplazarlas por otras más dignas, propias de un país que aspira a entrar a la OCDE y a tener un ingreso per- cápita de US$ 20.000) e incluso interviniendo bajo esta perspectiva en las condiciones de vida cotidiana de estos sectores, mejorando sus casas, orientando su dieta alimenticia, dotándolos de acceso de bienes culturales, etc.

jueves, febrero 26, 2009

Mujeres que duelen (2)

HELENA DE TROYA
"La diosa Iris vuela hacia Helena y la encuentra en su palacio tejiendo un gran paño para un manto con bordados que representan el combate de los troyanos y los aqueos protegidos con bronce. Iris dice a Helena: Ven acá y advierte la actitud de troyanos y aqueos. Antes se mostraban apasionados por la guerra; ahora se sientan en silencio, plantadas en el suelo las largas lanzas. Paris y Menelao van a luchar por ti y serás la esposa del vencedor"
La Iliada, libro mágico de Homero que relata las desventuras de los trágicos héroes griegos y troyanos en el siglo XII A.C., comienza con los barcos griegos ya encallados en la costa cercana a Troya y en el pleno desarrollo del asedio de 10 años que le hicieron los reyes aqueos y sus ejércitos a esta ciudad. En ese marco, el relato describe el incidente que marcará por unos cuantos años la evolución de esta guerra: el atrida rey de reyes, Agamenón, infringe una ofensa imperdonable al más poderoso guerrero griego, el pelida Aquiles, al arrebatarle a Briseida, trofeo de guerra más preciado por el semidivino guerrero mirmidon. Por este motivo, Aquiles, hijo de Peleo y de la diosa Tetis, se retirará del combate permitiendo la prolongación del conflicto.

En este asedio intervienen no solo los mortales guerreros sino que también las a menudo veleidosas divinidades que inclinarán cada una de las batallas hacia uno u otro bando. Esta guerra se habría originado en una pugna comercial entre la poderosa Troya y la federación de ciudades griegas, ya que Troya, emplazada estrategicamente en el Asia Menor, dominaba el Helesponto (actual estrecho de los Dardanelos) y el acceso de las naves y el comercio hacia el Mar Negro. Su detonación habría sido producto del secuestro de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta, hermano de Agamenón, el más poderoso de los reyes helénicos, por parte de Paris, hijo del rey de Troya.


No obstante, auscultando más detenidamente la historia me gusta más la hipótesis que señala que la verdadera causa de la Guerra de Troya no fue la disputa entre griegos y troyanos por el control de las rutas marítimas hacia el oriente. Ni siquiera su estallido habría sido provocado por la ira de Menelao y la solidaridad de su hermano, el rey Agamenón, ante el tormentoso enamoramiento y la posterior huída de Helena con el hermoso Paris (cuyo nombre significa, paradójicamente, “casado con la muerte”). No, la cadena de acontecimientos épicos y fatales de la mítica guerra se habría desencadenado en un punto mucho más sutil e impensable: el imponente anciano monarca de la gran Troya, el Rey Príamo, padre del único héroe cien por ciento humano de esta guerra, el admirable Héctor, y del inefable (y envidiable) Paris y tío de Eneas, quién afortunadamente escapó a salvo de la guerra para protagonizar la “Eneida” de Virgilio, sucumbió ante el encanto de la misma Helena. ¿Quién se iba a imaginar que en un instante insignificante del tiempo se torcería la historia de la antigua potencia asiática, por una razón humana y no por el arbitrio, habitualmente antojadizo, de los dioses? Lo cierto es que Príamo se encadiló e hizo a su ciudad amurallada, la inexpugnable Ilión, perderse para siempre en la arena, cuando sentado en su trono y en presencia de su corte, vio abrirse las pesadas puertas del gran salón del palacio y entrar y desplazarse como suspendida en una nube a la hermosa Helena, aparición centellante, con sus ojos almendrados y mirada desquiciante, con su cuello esbelto y hombros perfectos que se distinguían en parte entre sus bucles castaño claros, descalza, caminando lentamente al son de las pequeñas campañillas de su falda y con los pechos descubiertos, a la impúdica usanza griega de la época, coronados por unos pezones sublimes pintados de oro.

Así se inició la tragedia. El punto es que si los relatos de esta historia son ciertos queda inmediatamente flotando la pregunta: amigos míos ¿quién de ustedes (o más bien de nosotros) podría juzgar a Príamo? ¿Habrían sido capaces de devolverle a Menelao, envuelta en un trapo, la cabeza de su hermosa pero infiel y trasgresora esposa para lavar la afrenta? ¿Habrían permitido que desapareciera de un hachazo, literalmente, tanta belleza, arriesgándose a padecer para siempre de la enfermedad del arrepentimiento? De hecho así lo sugerían las costumbres de la época como casi exclusiva vía para aplacar la irá de los griegos, salvar en lo que se pudiera la dignidad del esposo engañado y eliminar la excusa que tenía Agamenón para declarar la guerra al enemigo comercial número uno.

Definitivamente Helena se ha ganado un espacio preponderante en el largo listado de mujeres que solo por su existencia, gracias a la providencia o al destino, han provocado dolor carnal (del que surge del castigo físico y del que proviene del lacerante deseo) y muerte.

domingo, junio 01, 2008

Mujeres que duelen (1)


TERESA SALGUEIRO

E não havia mais nada...
só nós, a luz, e mais nada...
Ali morou o amor

Cuando escuché su voz por primera vez en un quinto piso de un edificio de Sevilla, en 1995, gracias a que mi antiguo amigo y circunstancial anfitrión, Guglielmo Fiorillo, italiano, ex discípulo de Umberto Ecco en su época de estudiante de filosofía en la vieja Universidad de Bolonia, había comprado con su novia andaluza el CD de Madredeus “O espírito da paz”, sentí que algo se me removió no sólo en los oídos, ni en el corazón, ni en las entrañas (¡cuanta siutiquería!) sino que más bien en las percepciones de mi vida. Me dio la súbita impresión de que no conocía nada, que mis sensaciones habían sido superficiales y que si me lo proponía podría renacer. Sin duda fue una extraña sensación, difícil de explicar, pero que estaba ahí, me generaba inquietud y que cambiaría mi trayectoria vital, modificando mi ruta, haciendo más sinuosos los caminos.

En medio de los olores sevillanos, mezcla de azahares y pescaíto frito, y de los sonidos procedentes de una cercana cabalgata de reyes, enfoqué todos mis sentidos en las vibraciones de las cuerdas de la exquisita guitarra de Pedro Ayres Magalhaes y pude incluso percibir el agudo sonido que provocaban los rápidos desplazamientos de los dedos de Pedro al cambiar de posturas sobre el encordado. Pero por sobre todo no pude escapar y me quedé atrapado para siempre en la suave voz de Teresa.

¿Puede este tipo de dolor transformarse en algo placentero? ¿Podría alguien en su sano juicio sentir ansias de tristeza y nostalgia? Sin duda no tengo respuestas y ni siquiera las busco, solo sé que la precariedad de mi existencia se transforma en algo más trascendente cuando experimento estas sensaciones.


Mirando en retrospectiva y volviendo a escuchar una y otra vez a Teresa, he llegado a convencerme que aunque de verdad no me provoca alegría sino más bien tristeza, nostalgia en vez de felicidad,
cambiaría muchas cosas de este mundo por verla bajar corriendo por las escalinatas de Lisboa y podría morir precisamente con el dolor que me provocaría un susurro suyo cerca de uno de mis oídos.
pd. Les recomiendo pinchar la foto

Etiquetas:

jueves, marzo 06, 2008

¿Cuál es el fondo del conflicto con las FARC?


¿Valores o conveniencia?
Jorge G. Castañeda
5 Mar. 08 - Diario La Reforma
Resulta imposible por ahora saber si la crisis de estos últimos días entre Ecuador, Colombia y Venezuela terminará en algo más que la fatigada retórica latinoamericana. Pero lo que sí sabemos desde ahora permite adentrarnos en una reflexión más general sobre una tarea pendiente de la izquierda en América Latina (y México) que se puede resumir en términos freudianos: le retour du (de la revolution) réfoule(e).El gobierno de Colombia realizó lo que se llama una misión de "search and destroy" contra un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, a unos 2 kilómetros de la frontera. No hubo combate aparente, aunque es posible que haya soldados heridos. Difícilmente se puede calificar la acción como "persecución en caliente" y todo indica que el objetivo era el aniquilamiento, no la captura, de los integrantes de las FARC. Es muy probable que el Ejército colombiano actuara a partir de un pitazo de militares ecuatorianos molestos con la postura del presidente Correa, o de infiltrados dentro de las FARC o de Estados Unidos. De todo esto no parece existir mayor duda.También sabemos que el campamento era un santuario, o retaguardia, donde los guerrilleros se sentían tan seguros que dormían como los captaron las escalofriantes fotos del lugar destruido, y tanto que podían guardar computadoras y documentos comprometedores. Resulta verosímil que dicha seguridad de las FARC sólo pudiera provenir de un acuerdo, al menos tácito y probablemente explícito, entre las FARC y el gobierno ecuatoriano, directo o vía interpósita persona chavista.Estamos entonces frente a dos violaciones a la sacrosanta soberanía nacional, pero también frente a un dilema mucho más interesante. Desde tiempos casi inmemoriales (Sandino en México bajo Calles, los Castro y el Ché en México bajo Ruiz Cortines, el exilio cubano desde Miami, Guatemala y Nicaragua, los sandinistas y el FMLN en México bajo López Portillo, la Contra nicaragüense desde Honduras y prácticamente todos los alzados latinoamericanos en La Habana durante el último cuarto de siglo), grupos de una ideología u otra usan el territorio de ciertos países para lanzar expediciones tendientes a derrocar a su propio gobierno. Lo hacen prácticamente siempre con el consentimiento del gobierno del país en el que se encuentran, si no es que con su apoyo. En algunos casos esos grupos (unos los llaman revolucionarios, otros "freedom fighters" y otros terroristas) han recibido reconocimiento formal del gobierno que los acoge.México le ha extendido a varias organizaciones político-militares de izquierda un reconocimiento más o menos formal y un relativo santuario en territorio nacional desde hace ya 30 años. Los más destacados fueron el FSLN entre 1977 y 1979 bajo el impulso de Reyes Heroles, Roel, funcionarios de la Cancillería y de Castañeda y Álvarez de la Rosa al final, bajo la Presidencia de López Portillo; al FMLN sobre todo a partir de 1980 y hasta la firma de los Acuerdos de Chapultepec en 1992, bajo el impulso de Castañeda y Álvarez de la Rosa y del que escribe, también bajo la Presidencia de López Portillo; y a la URNG guatemalteca en menor medida a principios de los ochenta. Se coqueteó con el M-19 hasta el asalto al Palacio de Justicia en Bogotá y con las FARC hasta 2002 cuando fueron expulsadas de México por Fox y el que escribe. La relación política siempre ha sido distinta a la negociación llamada humanitaria, el gobierno de Fox negoció la liberación de dos rehenes mexicanos en 2001-2002 con las FARC sin confundir esa negociación con una relación política, salvo cuando el gobierno colombiano lo pedía.Pero hay grandes diferencias entre la situación de los Castro en los cincuenta, del FSLN en los sesenta o del FMLN en los ochenta, con la situación de las FARC hoy y la desenfrenada búsqueda de reconocimiento internacional realizada para ellos por Chávez y La Habana. Estas diferencias son las que la izquierda latinoamericana nunca ha querido hacer explícitas y que hoy la han colocado en una situación dramática.En primer lugar, las FARC no son una guerrilla como las otras: practican sistemáticamente -lo que se ha demostrado decenas de veces y recientemente con la investigación de John Carlin publicada en El País- la producción, procesamiento y tráfico de drogas, el secuestro como medio de financiamiento y el reclutamiento forzoso de "niños soldado" (ver informe de HRW de 2003).Todas las guerrillas cometen excesos, pero las FARC sólo cometen excesos: éstos son su regla, no la excepción. Y además las FARC nunca han atendido sugerencias de sus aliados de que moderen sus excesos o de preferencia los eliminen.Segunda diferencia: la dictadura militar salvadoreña, los Somoza y la dictadura de Batista eran eso: regímenes represores y violentos y no existían otras aparentes vías de lucha. El gobierno de Uribe quizás no sea tan respetuoso de los derechos humanos como es deseable, pero tan existen otras formas de lograr otros objetivos que el Polo Democrático, una organización de izquierda con miembros afines a las FARC, es la segunda fuerza y gobierna su capital. Así, ninguna de las tres condiciones que han imperado en otras coyunturas aplican hoy para las FARC.México, América Latina y la izquierda latinoamericana agrupadas en instancias como el Foro de Sao Paulo debieran aquilatar esta diferencia: apoyar a las FARC es apoyar al hampa contra un gobierno democrático. De no hacerlo podrán quedar en la situación ambigua de dos mexicanos no precisamente de a pie: Calderón que quiere mediar entre un amigo y un desconocido -entre valores y conveniencia; y Andrea Morett que trágicamente confundió la lucha contra las cuotas en la UNAM con la lucha por el narco.

viernes, diciembre 07, 2007

¿Cómo construimos la Ciudad?


He dudado varias semanas sobre si publicar o no reflexiones en torno a la contingencia política, en particular respecto a la crisis de la DC, pero al final del día siempre me ha dado mucha pero mucha lata. Así es que, inspirado nuevamente por los afilados y habitualmente certeros comentarios del ya mítico blog lamesadelcafe (salvo cuando la temática es el fútbol), me he dicidido a retomar un tema que creo tiene mayor trascendencia: cómo se están diseñando las políticas que determinan la fisonomía de la ciudad de Santiago.


La verdad es que el sesgo social de buena parte de estas políticas para mi es más que evidente (sugiero releer el artículo que escribí hace algún tiempo sobre el "clasismo en las políticas públicas"), ya que no encuentro otra explicación a la forma como se van resolviendo diferenciadamente, en términos de calidad y estética, problemas de naturaleza similar que afectan a distintos sectores de la ciudad. Los últimos ejemplos son más que claros: la planta de metrogas en Peñalolén para abastecer al sector oriente y, ahora recién, el diseño de los últimos tramos de Américo Vespucio, que, como no, respeta con excesivo celo el patrimonio urbanístico de Las Condes y Vitacura y desprecia el de todas maneras más interesante paisaje urbano de Peñalolén, La Reina y Ñuñoa. En todo caso esto no es nuevo y de ninguna manera atribuible solo al Ministro Bitrán, ya que decisiones anteriores demostraron una todavía menor sensibilidad por la calidad de vida de los vecinos de otras comunas más populares, que en muchos casos han visto disminuir el valor de sus propiedades y aumentar los niveles de delincuencia (ejemplo todo el sector de Santa Rosa con Vespucio).


Otro tema es la visión de la ciudad que hay detrás de las decisiones que se están tomando. El empeño acelerado de los responsables de la construcción de infraestructuras por hacer cada vez más carreteras urbanas, por perforar todos los cerros que sea necesario, intentando "mejorar los flujos", "disminuir los tiempos de traslado", "etc.", sin ninguna consideración por el efecto de estas obras sobre barrios verdaderamente patrimoniales (como Pedro de Valdivia Norte), no hace más que demostrar que aún persisten visiones técnicamente limitadas, ingenierilmente mediocres y arquitectónicamente cuestionables (...por alguna razón nuestras dos mejores universidades, la PUC y la Chile están cerca del lugar 400 en el ranking mundial), lo que junto a una deficiente organización de Estado, que sigue compartimentado, determina resultados que en el mediano plazo serán de seguro nefastos.


Me da la impresión que la responsabilidad sobre estos asuntos no es solo de los políticos, sino que es también del mundo de la empresa, de las universidades, de la sociedad que reacciona casi siempre tardíamente frente a situaciones que la afectan directamente. Por eso es que mi opción personal se ha estado decantando hacia la búsqueda de espacios de participación que permitan contrarrestar decisiones como las que he comentado, pero que por sobre todo permitan proponer nuevas visiones y fórmulas alternativas para resolver los mismos problemas, pero esta vez con respeto a la dignidad de la ciudad.

lunes, agosto 06, 2007

¿De qué estamos hablando?





La pregunta en cuestión fue lo único que se me vino a la cabeza cuando en una de mis excursiones de vacaciones de invierno, visité por enésima vez junto a mi familia el “Sendero de Chile”, a mi juicio una de las más notables iniciativas del ex – presidente Lagos. Para mi sorpresa, esta vez a diferencia de otras tantas pude apreciar en plenitud las obras de construcción de la nueva planta de Metrogas y, en vez del habitual canto de pájaros, los ruidos de la maquinaria que remueve aceleradamente la tierra y de los camiones que entran y salen raudos a través del mismísimo Parque Mahuida. Lo encontré realmente insólito y la mejor demostración de que aún seguimos siendo un país mediocre y de que hay evidente desgaste en nuestras filas concertacionistas.
Este proyecto fue aprobado por las autoridades regionales y por la Comisión Regional de Medio Ambiente, ante la ferrea oposición de la Municipalidad de Peñalolén y de los vecinos del sector. Lamentablemente muchos de los que estamos disconformes con este tipo de medidas no estamos haciéndonos parte de estas causas ciudadanas, probablemente porque la convocatoria misma es ineficaz ¡¡Este era o es evidentemente un problema metropolitano y no sólo de los vecinos de las villas de militares que viven en los faldeos precordilleranos de Peñalolén!!!!
Bueno, para que puedan apreciar directamente esta nueva señal de nuestro implacable “progreso” y de la elocuente sensibilidad ambiental de las autoridades regionales, les posteo las fotos de la subida al Sendero tal como está hoy.