a propósito de análisis electorales
Estuve esperando que apareciera el comentario sobre el escenario post-electoral en el blog de mi amigo Toño Lara (lamesadelcafe), para hacer un contrapunto con sus siempre agudos comentarios, suficientemente testeados en "su" mesa del Tavelli.
Respecto al análisis de los resultados solo diré que quién lea este comentario mejor se remita directamente al Blog de Toño o a los múltiples análisis que han aparecido por todas partes, puesto que en general coincido con todo lo que se ha señalado y que es evidente: que ganó la concertación en la parlamentaria, que la DC redujo dramáticamente su representación en el Senado, que le fue mejor al autodenominado "polo progresista", que en la derecha Lavín terminó por eclipsarse y que Piñera desplegó con todo su potencial electoral.
Pero, amparado en el casi anonimato de esta página, me referiré a los temas en que precisamente no quiere entrar Toño Lara (supongo que con la secreta esperanza de que su Blog esté trascendiendo más de lo previsto y pueda generar algún "efecto político adverso"):
1.- Aunque también creo que es inconveniente seguir insistiendo majaderamente en que "la Sole era mejor candidata", lo cierto es que la elección ha demostrado que la ciudadanía es tremendamente exigente cuando se trata de pronunciarse respecto a alternativas presidenciales y que hay que demostrarle a la gente que la alternativa que se presenta es la mejor, cuestión que, a mi juicio, no ha ocurrido con Michelle Bachelet. Siendo ella una muy buena candidata, por alguna razón (mala asesoría, nerviosismo en los foros, errores estratégicos en la conformación del equipo de campaña y en el diseño de la estrategia), no necesariamente atribuible a su persona, no ha convencido a la ciudadanía que es "la" mejor candidata y, por lo tanto, no ha logrado traspasar la barrera del voto del entorno concertacionista más militante.
2.- Respecto a la DC, al parecer el tipo de liderazgo político de Adolfo Zaldivar, reconocidamente sólido en el frente interno, no se proyecta de igual forma hacia la ciudadanía en general, que, salvo excepciones, ha manifestado en las elecciones pasadas una evidente predilección por los liderazgos carismáticos, relativamente jóvenes y que por sobre todas las cosas aparezcan como una "oferta" política novedosa. Quizás hayan sido precisamente estas las causas de las amargas y en algunos casos estrepitosas derrotas de Zaldivar (Don Andrés), Ricardo Hormazabal, Carmen Frei, Rodolfo Seguel, Waldo Mora, Eliana Caraball y Exequiel Silva, que de una u otra forma representan el "viejo" estilo de hacer política. Pero estas causas no alcanzan para explicar la derrota de otros candidatos DC, como ocurrió con mi amigo Ricardo Cifuentes en La Serena, con Marcelo Ortíz, Sergio Micco y Sergio Espejo, por mencionar algunos. Tratando de explicar estas derrotas me atrevo a plantear los siguiente:
a) El bloque PS-PPD ha sido extremadamente eficiente en el uso del gobierno para la promoción de sus figuras y no han dado palos de ciego a la hora de colocar figuras nuevas en cargos estrategicos (Marcelo Díaz en Coquimbo, Marcos Nuñez en Valparaíso, por ejemplo), ni de administrar en forma políticamente eficiente organismos claves en el gobierno (la SUBDERE).
b) En la DC ha sido muy difícil el recambio generacional (al menos más que en nuestros aliados y en la derecha) y además en muchos casos se ha perdido el pudor político que se requiere para evitar el nepotismo y el encapsulamiento de pequeños círculos de poder que nada tienen que ver con la cultura del mérito en democracia.
c) En el Estado chileno la figura del Presidente de la República no tiene contrapesos prácticos y sólo compite simbólicamente con el Congreso. Por esta razón, un partido como la DC no puede permitirse el lujo de amagar sus propias posibilidades de acceder a la primera magistratura, porque de lo contrario le sede la iniciativa a sus competidores directos.
Respecto al análisis de los resultados solo diré que quién lea este comentario mejor se remita directamente al Blog de Toño o a los múltiples análisis que han aparecido por todas partes, puesto que en general coincido con todo lo que se ha señalado y que es evidente: que ganó la concertación en la parlamentaria, que la DC redujo dramáticamente su representación en el Senado, que le fue mejor al autodenominado "polo progresista", que en la derecha Lavín terminó por eclipsarse y que Piñera desplegó con todo su potencial electoral.
Pero, amparado en el casi anonimato de esta página, me referiré a los temas en que precisamente no quiere entrar Toño Lara (supongo que con la secreta esperanza de que su Blog esté trascendiendo más de lo previsto y pueda generar algún "efecto político adverso"):
1.- Aunque también creo que es inconveniente seguir insistiendo majaderamente en que "la Sole era mejor candidata", lo cierto es que la elección ha demostrado que la ciudadanía es tremendamente exigente cuando se trata de pronunciarse respecto a alternativas presidenciales y que hay que demostrarle a la gente que la alternativa que se presenta es la mejor, cuestión que, a mi juicio, no ha ocurrido con Michelle Bachelet. Siendo ella una muy buena candidata, por alguna razón (mala asesoría, nerviosismo en los foros, errores estratégicos en la conformación del equipo de campaña y en el diseño de la estrategia), no necesariamente atribuible a su persona, no ha convencido a la ciudadanía que es "la" mejor candidata y, por lo tanto, no ha logrado traspasar la barrera del voto del entorno concertacionista más militante.
2.- Respecto a la DC, al parecer el tipo de liderazgo político de Adolfo Zaldivar, reconocidamente sólido en el frente interno, no se proyecta de igual forma hacia la ciudadanía en general, que, salvo excepciones, ha manifestado en las elecciones pasadas una evidente predilección por los liderazgos carismáticos, relativamente jóvenes y que por sobre todas las cosas aparezcan como una "oferta" política novedosa. Quizás hayan sido precisamente estas las causas de las amargas y en algunos casos estrepitosas derrotas de Zaldivar (Don Andrés), Ricardo Hormazabal, Carmen Frei, Rodolfo Seguel, Waldo Mora, Eliana Caraball y Exequiel Silva, que de una u otra forma representan el "viejo" estilo de hacer política. Pero estas causas no alcanzan para explicar la derrota de otros candidatos DC, como ocurrió con mi amigo Ricardo Cifuentes en La Serena, con Marcelo Ortíz, Sergio Micco y Sergio Espejo, por mencionar algunos. Tratando de explicar estas derrotas me atrevo a plantear los siguiente:
a) El bloque PS-PPD ha sido extremadamente eficiente en el uso del gobierno para la promoción de sus figuras y no han dado palos de ciego a la hora de colocar figuras nuevas en cargos estrategicos (Marcelo Díaz en Coquimbo, Marcos Nuñez en Valparaíso, por ejemplo), ni de administrar en forma políticamente eficiente organismos claves en el gobierno (la SUBDERE).
b) En la DC ha sido muy difícil el recambio generacional (al menos más que en nuestros aliados y en la derecha) y además en muchos casos se ha perdido el pudor político que se requiere para evitar el nepotismo y el encapsulamiento de pequeños círculos de poder que nada tienen que ver con la cultura del mérito en democracia.
c) En el Estado chileno la figura del Presidente de la República no tiene contrapesos prácticos y sólo compite simbólicamente con el Congreso. Por esta razón, un partido como la DC no puede permitirse el lujo de amagar sus propias posibilidades de acceder a la primera magistratura, porque de lo contrario le sede la iniciativa a sus competidores directos.